La familia es considerada como el elemento básico y fundamental de la sociedad, ahí todos establecemos los primeros contactos sociales y culturales. Dentro de la familia, los adultos educan a los hijos, esto ya sea sea deliberadamente o implícitamente, pero el entorno familiar influye en el desarrollo emocional de los hijos, el desarrollo de habilidades sociales, así como de una buena autoestima en general. Independientemente de la estructura de la familia (monoparental, biparental, ensamblada, etc), esta debería ser un espacio que brinde contención, comprensión, validación, y empatía.

En ocasiones, conflictos familiares pueden afectar las relaciones entre los miembros de la familia, en donde hijos, padres u otros miembros familiares pueden estar experimentando incomprensión, rechazo, manipulación, chantaje u otros temas. En este sentido, el hogar se convierte en un lugar en donde no es posible experimentar seguridad, tranquilidad y no se puede esperar recibir apoyo emocional y/o moral.  Cuando se vive esto, es sugerible que quien se encuentre en esta situación acuda con un especialista de la salud mental, quien brindara herramientas para lidiar con este tipo de situaciones, para tener un buen manejo tanto interno como externo de la situación.

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