En la práctica Psicoterapéutica, el paciente llega al consultorio con determinados problemas, y en muchas ocasiones, estos refieren a un cambio que ellos quieren o necesitan hacer en sus vidas y no saben cómo llevarlo a cabo. Estos problemas pueden tener que ver con muy diversas áreas, puede ser que se encuentren en una relación afectiva complicada la cual quieran terminar, pero no sepan cómo, puede ser el intento de dejar de consumir alguna sustancia adictiva y la presente dificultad en hacerlo, puede ser el querer llevar a cabo una dieta saludable y no poder hacerlo, apegarse al ejercicio, o bien tener problemas de enojo y no poder controlar ciertas reacciones, así como muchos otros temas.

En las situaciones mencionadas anteriormente, los pacientes ya saben a dónde quieren o necesitan ir, es decir el cambio que se están planteando, sin embargo existen contradicciones internas que no les permiten avanzar. Estas contradicciones pueden tener que ver con falta de capacidad, falta de motivación, o ciertos obstáculos.

En este sentido, la Entrevista motivacional es una aproximación terapéutica desarrollada por Miller y Rollnick en los noventas, es un estilo conversacional que busca iniciar un cambio de conducta ayudando al paciente a resolver su ambivalencia interna. El Psicólogo que emplee EM, es un facilitador que identifica las contradicciones que existen en el paciente, entre su vida actual, es decir, lo que no quiere o lo que quiere cambiar de su vida en el momento presente, por un lado, y por el otro, a lo que se quiere acercar, lo que es valioso para sí mismo y para su vida. Así, más que brindar consejos, brindar información, o impulsar el cambio desde el exterior, lo que se busca es aumentar la motivación intrínseca existente en el paciente, así como identificar los recursos y fortalezas del mismo y ponerlos al servicio del cambio. Algunos principios de la EM son:

  • Desarrollar las discrepancias

La motivación al cambio ocurre cuando las personas perciben la discrepancia entre dónde están y dónde les gustaría estar. Se intenta aumentar el nivel de conflicto entre sus creencias y la conducta actual, esperando que sea el mismo paciente quien finalmente presente los argumentos para cambiar.

  • Rodar con la resistencia

Evitar enfrentarse a sus declaraciones es el paso inicial. La actitud más adecuada es responder con empatía, no emitir juicios e intentar clarificar lo que quiere transmitir el paciente.

  • Apoyar la autoeficacia

Creer en la capacidad que tiene el paciente para cambiar y transmitírselo. Se debe fortalecer la idea de que es él quien decide comenzar un cambio y mantenerlo.

  • Apoyar la autoeficacia

Creer en la capacidad que tiene el paciente para cambiar y transmitírselo. Se debe fortalecer la idea de que es él quien decide comenzar un cambio y mantenerlo.

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